Estos días se está analizando mucho por parte de la prensa soviética, la reacción de la población civil a las rápidas reformas que está introduciendo Gorbachev (56) en el país. Un país que no está en absoluto acostumbrado ni a las reformas, ni mucho menos a la velocidad a la que se producen. Y destacan la división de opiniones, desde los más nostálgicos de Stalin o de Breznev - que serían considerados como el sector más inmovilista de la sociedad soviética, hasta los que creen que Gorbachev se está quedando corto y que este país necesita muchas más reformas y mayor celeridad.
Los mismos medios parecen dividirse en dos bandos, los "pro-perestroika" (o "pro-gobierno" si se prefiere y los que creen que tantos cambios van a acabar con el país (recordemos las tensiones nacionalistas en el Báltico, por ejemplo).
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