Sofocada la enésima rebelión de elementos más conservadores dentro del ejército filipino. El objetivo, según el jefe del Estado Mayor, el general Fidel Ramos, era derrocar el gobierno civil de Cori Aquino, a una semana del referéndum para votar la nueva Constitución de Filipinas. Para ello tomaron una sede de televisión y otra de radio en Manila, así como la toma de dos bases militares de la capital.
La acción militar fue sofocada por el ejército leal al gobierno.
Esta nueva Constitución es vital para el país ya que va a dotar de mayor estabilidad jurídica y democrática a la población.
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