El Soviet Supremo aprueba las tres primeras leyes para la reforma económica y política de la URSS.
Ayer acabó la reunión de verano del Soviet Supremo (vendría a ser como nuestro parlamento, pero con más diputados, con unos 1500). El Soviet Supremo se reúne dos veces al año, normalmente en diciembre y en junio.
En esta sesión, de enorme importancia para la agenda reformista del Secretario General, Mijail Gorbachev, se aprobaba en el Soviet las iniciativas ya aprobadas en el Pleno de la Comisión, reunidos en Moscú la semana pasada.
Estas tres leyes son las siguientes:
1) Cambio en las estructuras de las empresas del Estado, con la intención de impulsar una economía basada en un suelo empresarial con maquinaria anticuada, poco productiva y con falta total de incentivos. En definitiva, el problema de una economía planificada y tutelada por el Estado, en la que "da igual" la productividad de la empresa, pues si tiene pérdidas, estas son asumidas por el Estado."¿Entonces, para qué esforzarse?" parece ser el lema de los directivos de la empresa, los jefes intermedios, y de los trabajadores. Las deudas de las empresas soviéticas asciende actualmente a 60.000 millones de dólares. Con la nueva ley, un embrión de la economía capitalista, se pretende que las empresas comiencen a espabilarse, y que sean "responsables" (dentro de lo que marca una economía centralizada) de sus ganancias y de sus pérdidas.
2) "Adelgazar" la estructura burocrática del Estado. No puede ser que haya tantísimos ministerios, con sus propias estructuras anquilosadas. Por otro lado, se pretende fomentar una mayor participación ciudadana en los asuntos del país, siendo consultados sobre los puntos más importantes que les afecten: obligaciones, libertades, vida económica, política, social, etc.
3) Facilitar acceso judicial a los ciudadanos que quieran recurrir los actos de la Administración, en especial a aquellos que hayan sido dictados en detrimento de los derechos del ciudadano.
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