Ayer fue un Primero de Mayo intenso y reivindicativo, como no podía ser de otra manera. La sociedad tiene que reaccionar ante una economía que la está dejando al margen. Ignoro hasta qué punto la entrada en la Comunidad Económica Europea nos está beneficiando o perjudicando en el ámbito socioeconómico. Necesitamos la perspectiva que da el tiempo para evaluarlo.
También soy consciente de que los milagros económicos no suceden en 16 meses (el tiempo que llevamos siendo socios de la CEE) pero la situación va a peor. Los economistas aseguran que tanto la Expo de Sevilla (1992) como la Olimpiadas en Barcelona (1992) darán un impulso a nuestra economía, tanto en el empleo como en la calidad del mismo. Está por ver si aciertan, ya que los economistas sólo son buenos analizando a posteriori. Todavía estoy buscando a alguno que hubiera anticipado la crisis del petróleo de 1973 y 1979. Está claro que ellos no tienen la culpa, simplemente son los trovadores de lo económico.
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