Hoy se cumplen 8 días desde que la pequeña Melodie Nakachian (5) fuera secuestrada a la salida de su casa "Villa Melodie" en la Urbanización "Atalaya Alta" en Estepona (Málaga). Hija del empresario libanés Raymond (55), relacionado con el tráfico internacional de armas, y la cantante de Corea del Sur, Kimera (33) que quizá recordéis por la canción "The Night Opera" que estuvo sonando especialmente durante el verano del 85.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Melodie fue secuestrada el pasado lunes, día 9. Cuatro hombres, con la cara cubierta, bajaron de un vehículo con armas de fuego, en el momento en el que Raymond Nakachian salía de casa en su vehículo con Melodie dentro. Iba a llevarla al colegio. Los cuatro hombres interceptaron el coche de Nakachian, y secuestraron a la niña a punta de pistola. El padre no pudo hacer nada, pues los delincuentes amenazaron con matarlos a los dos, ahí mismo.
Una vez en casa, Nakachian dio aviso a la policía, poniéndose en marcha un dispositivo muy potente para liberar a la niña. Aparquemos el tema policial por el momento.
Los secuestradores tardaron dos días en ponerse en contacto con los padres. Estos pidieron una prueba de vida. Los secuestradores les enviaron la foto que os pongo, con Melodie sosteniendo la edición del miércoles 11 de "Diario 16". Según el portavoz y abogado de la familia, Jaime Torrabadella, los delincuentes han pedido 13 millones de dólares (1.482 millones de pesetas) (Cifra que se ha dado tras muchísimos rumores difundidos por la prensa, que apuntaba a esos 1.500 millones de pesetas).
El portavoz de la familia, ha afirmado que el secuestrador-interlocutor habla con un perfecto castellano. Y este es un asunto importante, ya que hay muchas variables que complican el caso: la nacionalidad de la niña (de Estados Unidos) y la naturaleza de la fortuna del padre, el tráfico de armas, lo que lleva a mezclarse con lo peor de lo peor. Se barajan muchas hipótesis; desde delincuentes nacionales, pasando por delincuencia organizada internacional que opera en la Costa del Sol (mafia italiana, mafia de marsella, etc), llegando a terroristas árabes, que también tendrían centro logístico en Málaga.
Volvamos a la respuesta policial. Unos 200 agentes de la Policía Nacional, en su mayoría expertos en lucha contra mafias (crimen organizado) se han hecho con el caso desde el primer día. Estos agentes provienen de Madrid y de Barcelona. También han venido agentes del FBI, destinados a la Embajada de los Estados Unidos en Madrid para ayudar en el caso. (Recordemos la nacionalidad de Melodie). Estos agentes estarían centrados en grupos radicales musulmanes, que hace un par de años realizaron atentados contra empresarios árabes radicados en la Costa del Sol.
La Policía Nacional está literalmente peinando toda la Costa del Sol, pero por el momento - y que haya trascendido - no se ha encontrado nada. Según alguna filtración - interesada o no - la principal sospecha de la policía recae sobre la mafia internacional.
La familia Nakachian ha ofrecido 50.000$ (6 millones de pesetas) a quien pueda ofrecer alguna pista que conduzca a la liberación de Melodie. Un grupo de empresarios de la zona de Cosa del Sol ofrece otro monto de 10 millones de pesetas por lo mismo.
No hace falta que os cuente el impacto mediático que está teniendo este secuestro, tanto para medios españoles como extranjeros.
A mí me está recordando, y salvando, obviamente, las distancias, al secuestro de Quini (38), cuando era jugador del Barça. Le secuestraron el primer día de marzo de 1981, poco después de jugar contra el Hércules en el Camp Nou, y marcar tres goles. El secuestro duró 25 días. Fue liberado por los GEO de la Policía Nacional en un cuartucho de un almacén abandonado en Zaragoza. Ese secuestro fue un mazazo para todos, al ser alguien tan conocido y querido por todo el mundo. Lo pasamos muy mal durante esos días, y la liberación de Quini fue como si nos liberaran un trocito cautivo de nuestro corazón. Y mira que este es un país que se está acostumbrando demasiado a los secuestros, especialmente por parte de una banda asesina que no quiero ni citar.
Espero que lo de Melodie acabe pronto y bien. Sea el padre el mismísimo diablo, ningún niño (ni nadie) debe sufrir lo que ahora están sufriendo tanto Melodie como sus familiares.
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